A diferencia de los modelos tradicionales de educación en los que, por ejemplo, en las clases de matemáticas sólo se aprenden las fórmulas y conceptos establecidos en el libro de texto, la interdisciplinariedad en la educación abarca aspectos más amplios de diferentes áreas de aprendizaje.
Este concepto se refiere a la construcción del conocimiento basada en la integración de diferentes áreas de conocimiento. En otras palabras, partiendo de un tema concreto, por ejemplo, se exploran todas las disciplinas que tienen relación con él.
Un ejemplo es un problema de matemáticas, física o química, que se estudia junto con los demás aspectos de la interpretación del texto del enunciado. O las asignaturas de física y química que, en los modelos tradicionales, estudian el punto de ebullición del agua y su fórmula molecular por separado y respectivamente.
La interdisciplinariedad en la educación se basa en el principio de que todo puede conectarse de algún modo, y esta evidencia contribuye a aumentar el interés de los jóvenes por el proceso educativo. La necesidad de este modelo de enseñanza surge principalmente de los cambios más recientes en nuestra sociedad, desde aspectos generacionales hasta, por ejemplo, la implantación del Nuevo Bachillerato.
Desde hace muchos años, el sistema educativo tradicional ya no despierta el interés necesario en los estudiantes, y menos aún en las generaciones más jóvenes, que ya están conectadas al mundo digital desde una edad temprana. Por lo tanto, la adaptación es necesaria para garantizar que los procesos de aprendizaje estén cada vez más en consonancia con las nuevas realidades, a través de la interdisciplinariedad en la educación
Sigue leyendo para saber más sobre este método, sus principales ventajas y cómo tu organización puede ayudar a ponerlo en práctica.
¿Qué es la interdisciplinariedad en educación?
Como ya se ha dicho, la interdisciplinariedad en educación consiste en reunir distintas disciplinas, o áreas de conocimiento, en favor del proceso de aprendizaje. Se pueden trabajar los mismos conceptos desde distintos puntos de vista, aumentando la comprensión y la retención de conocimientos.
Este proceso puede tener lugar de varias formas, la principal de las cuales es romper con los paradigmas de la educación tradicional y aplicar una educación más centrada en la práctica y menos en la teoría. No significa que las instituciones educativas dejen de impartir clases teóricas, que son fundamentales para apuntalar todo conocimiento. Esto significa que habrá un equilibrio entre la teoría y las experiencias prácticas llevadas a cabo por los alumnos.
Mediante la práctica, los alumnos comprenden las distintas lecciones de forma contextualizada y se dan cuenta de hasta qué punto cada una de ellas puede formar parte de su realidad de forma tangible. Esto les hace más participativos, despiertos e interesados en absorber los contenidos enseñados y en construir activamente su aprendizaje.
Utilizar la interdisciplinariedad en la enseñanza dentro de tu centro educativo contribuye a formar a los alumnos para las exigencias de la vida adulta en sociedad.
El pensamiento crítico, la participación activa y la construcción colectiva son algunos de los aspectos que aborda la Ley de Directrices y Bases que deben trabajarse en las escuelas, y a través de la interdisciplinariedad esto es posible.
¿Cuáles son los principales beneficios de la interdisciplinariedad en la educación?
Si quieres implantar un proceso educativo más moderno y actualizado en tu institución, asegúrate de que adoptar la interdisciplinariedad en la educación es el primer paso. Además, disponer de nuevas tecnologías para la educación que puedan contribuir hará de tu escuela un referente en materia de actualización.
Formar plenamente a los profesionales del futuro también será un elemento diferenciador y un beneficio del que disfrutará tu institución al adoptar la metodología. Las nuevas profesiones y contextos requieren profesionales no sólo técnicamente cualificados, sino también conductualmente cualificados, por lo que invertir en este tipo de formación será fundamental para las instituciones educativas.
La creatividad, la innovación, la resolución de problemas y el liderazgo son algunos ejemplos de competencias que el nuevo mercado puede demandar, y a las que la interdisciplinariedad en la educación puede contribuir a través de su proceso de formación.
Éstos son algunos de los beneficios de aplicar la metodología de la interdisciplinariedad en la educación, pero hay varios otros que también se basan en los puntos tratados anteriormente, tales como:
- un aprendizaje de mayor calidad;
- revisión de conceptos;
- estimular el pensamiento crítico;
- conciencia de la globalización;
- ampliar el abanico de conocimientos de los profesores.
Cómo llevar a cabo acciones interdisciplinares en educación
Los cambios que requiere esta aplicación exigen preparación por parte de las instituciones educativas. Esto significa que no será de la noche a la mañana cuando los profesores se orienten a trabajar en la promoción de la interdisciplinariedad en la educación.
Todo el proceso requiere planificación, de modo que las asignaturas y los temas se conecten de forma que aporten valor a los alumnos; y la preparación e integración por parte de los profesores que, por defecto, tienen amplios conocimientos en su área de especialización, pero no tanta profundidad en las demás asignaturas, puede requerir un poco más en este sentido.
El primer paso para implantar la interdisciplinariedad en la enseñanza es concienciar y sensibilizar a todo el equipo docente, desde los gestores y directores hasta los propios profesores, sobre la importancia y los beneficios de la interdisciplinariedad en la enseñanza. Sólo con todas las partes implicadas será posible aplicar los cambios.
El segundo paso consiste en elaborar conjuntamente un plan de acción objetivo establecido en un calendario para identificar las necesidades, los objetivos y los cambios necesarios de la escuela, qué cambios hay que hacer, cómo y cuándo se llevarán a cabo.
El siguiente paso es buscar nuevas tecnologías y recursos que tengan sentido en el proceso de planificación. Introducir Internet en el aula ya parece inevitable para mantener el interés de los alumnos, más aún en un contexto pandémico. Por tanto, encontrar las mejores herramientas para ello es fundamental.