El profesor Larry Rosen, de la Universidad Estatal de California, en Estados Unidos, llegó a una conclusión tras su investigación sobre el impacto social de la tecnología: la cantidad de tiempo que un ser humano puede concentrarse en algo está directamente relacionada con el uso de smartphones y el consumo de redes sociales. En otras palabras, es un tiempo muy efímero.
En medio de este escenario, los procesos de aprendizaje tradicionales se vuelven obsoletos, ya que exigen que los alumnos se concentren y se concentren durante cuatro o cinco horas de clase. En este sentido, el aprendizaje activo es una vía que ha sido ampliamente debatida como viable, y la adhesión a esta metodología de enseñanza ha ido creciendo significativamente en el país.
¿Sabes qué son las metodologías de aprendizaje activo y cómo influyen en los procesos educativos? ¿Quieres saber cómo implantar este tipo de metodología en tu institución con colaboradores especializados? Así que sigue leyendo y ¡adelante!
¿Qué son las metodologías de aprendizaje activo?
El aprendizaje activo es una técnica utilizada por educadores e instituciones educativas que, a través de diferentes metodologías, pretende implicar a los alumnos en los procesos de aprendizaje.
Esto se hace mediante lecturas, debates, estudios de casos, trabajo en grupo, investigación y otras herramientas diversas que implican a los alumnos.
Lo que diferencia el aprendizaje activo de la enseñanza tradicional es que la solución consiste en un modelo de educación poco convencional. En la enseñanza tradicional, el profesor se sitúa frente a los alumnos en el aula repasando el contenido y los alumnos se sientan frente a él para escribirlo todo y simplemente absorberlo o memorizarlo, para luego aplicarlo en un examen y obtener una nota final.
La idea del aprendizaje activo es que debe haber más intervención y participación activa, como su nombre indica, de los alumnos en este proceso. De este modo, los alumnos pueden expresarse dentro de su proceso de aprendizaje y el conocimiento se construye de forma colectiva y práctica, ampliando la metodología más allá de la teoría y los exámenes.
De este modo, el aprendizaje activo exige mucho más de los alumnos para que busquen más formación, conocimientos y asuman un papel responsable en sus procesos de aprendizaje. Se trata de metodologías innovadoras que requieren una preparación tanto por parte de la institución educativa que las aplica como de las familias y los alumnos que se incorporarán a ellas.
Existen diferentes metodologías para aplicar el aprendizaje activo, como por ejemplo
- Aprendizaje basado en proyectos;
- Aprendizaje basado en problemas;
- Aprendizaje entre iguales;
- Aula invertida;
- Gamificación de los procesos de aprendizaje.
Cada una tiene un objetivo diferente y utiliza herramientas distintas para aplicarlas en la práctica. Sin embargo, el objetivo común de todos ellos es dar a los alumnos una mayor responsabilidad en su proceso de aprendizaje a través de la práctica.
Cómo aplicar el aprendizaje activo en tu institución
Hasta aquí, puede parecer que el método de enseñanza tradicional quedaría abolido al utilizar el aprendizaje activo y que los alumnos no volverían a enfrentarse a los exámenes o tareas tradicionales. Esto no es cierto, ya que el aprendizaje activo es sólo una de las formas en que los profesores pueden guiar a sus clases a través de las lecciones.
Esto se debe a que, según diversos estudios, el compromiso con el proceso de aprendizaje contribuye positivamente a aumentar la retención de contenidos, lo que en última instancia ayuda a los alumnos a mejorar su rendimiento en los exámenes, por ejemplo. Esta es una de las formas de entender por qué una no excluye a la otra.
Ahora bien, en cuanto a cómo puedes poner en práctica este tipo de metodología en tu institución, hay varias formas posibles y aquí trataremos algunas de ellas.
Más allá de los libros
La forma más habitual de guiar el aprendizaje en los modelos de enseñanza tradicionales es a través de los libros. Y eso no es un problema, teniendo en cuenta que toda nuestra sociedad se ha desarrollado así. La idea del aprendizaje activo en este caso es introducir elementos del mundo digital en la vida cotidiana de los alumnos, de modo que su realidad esté conectada con el proceso de aprendizaje, haciéndolo más atractivo.
Los contenidos que pasarán a ser obligatorios con la implantación de la BNCC (Base Curricular Nacional Común) pueden incorporarse al currículo de tu institución a través de unidades curriculares ya elaboradas y producidas a tal efecto.
Discusiones y debates
Otra forma posible de poner en práctica el aprendizaje activo en tu centro es celebrar discusiones y debates con la clase sobre temas relevantes. Se trata de pensar en temas que interesen a los alumnos, como libros o películas relacionados con la actualidad, y a partir de ahí desarrollar los debates.
Este proceso permite a los alumnos desarrollar su razonamiento y crear una línea argumental basada en lo que se construye en la propia conversación, enriqueciendo el proceso de aprendizaje.
Grupos de estudio
En cuanto a los grupos de estudio, se hace más hincapié en el aprendizaje entre iguales y en la formación de grupos de estudio que ayuden a los alumnos a hacerse preguntas y a aprender juntos de forma activa.
Una forma de poner en práctica este tipo de herramienta podría ser, por ejemplo, hacer un estudio de los temas que se tratarán en los exámenes finales y proponer a los alumnos que repasen el tema utilizando los recursos que deseen, como imágenes, vídeos, investigaciones en línea, y juntos elaborar un esquema final para retener ese contenido.
Aprender en la práctica
Las experiencias prácticas de aprendizaje son siempre muy útiles cuando se trata de aprendizaje activo. Así que si tienes la oportunidad de llevar a los alumnos a entornos diferentes, como laboratorios, huertos, empresas o cualquier otro entorno donde puedan practicar lo que han visto en clase, ¡hazlo!
En el contexto de la pandemia y de las clases a distancia, las interacciones online explotan al máximo las herramientas que Internet pone a tu disposición, e incluso las visitas online a museos y otros entornos pueden considerarse una forma de aplicar esta metodología.
Es importante destacar que todos estos consejos que has visto aquí pueden aplicarse tanto en la educación presencial como en la educación online. ¡No pierdas tiempo y ponlo en práctica ya!
En este artículo aprendiste un poco más sobre el aprendizaje activo, conociste mejor los principales propósitos y metodologías que se utilizan y supiste que Inicie puede ayudarte a implantarlo en tu institución. En resumen, éstas son las principales ventajas del aprendizaje activo para todos los implicados:
- Para los alumnos, el aprendizaje activo conduce al desarrollo del pensamiento crítico, la facilidad para retener los conocimientos, el aumento de la motivación por el proceso de aprendizaje y el refuerzo de la autonomía;
- Para los profesores y las instituciones, el proceso permite un mejor seguimiento pedagógico de los alumnos, genera un mayor interés de los alumnos por la escuela y el aprendizaje, y aumenta el compromiso en general.
Implantar metodologías de aprendizaje activo sólo aporta beneficios, y estamos viviendo el momento ideal para hacerlo realidad en tu institución.