Con la evolución de las necesidades de los alumnos y también del mercado laboral, la educación empresarial se interpreta cada vez más como algo esencial que hay que trabajar en las escuelas.
El futuro y la vida adulta de los escolares ya no se asocian sólo a profesiones formales basadas en títulos tradicionales, por ejemplo. El espíritu empresarial es una opción muy viable hoy en día, y desarrollar las habilidades que requiere esta carrera también forma parte de la formación educativa.
En este artículo, aprenderás más sobre la educación emprendedora, la importancia de desarrollarla en la escuela y cómo puedes invertir en ella con el apoyo de consultorías y plataformas especializadas. ¡Sigue leyendo!
Qué es la educación empresarial
Antes de hablar de qué es la educación empresarial, merece la pena presentar brevemente el espíritu empresarial. Se trata de un campo profesional en el que las ideas innovadoras se convierten en negocios para resolver un problema relevante para uno o varios grupos de personas, segmentos o sectores.
Sin embargo, es una carrera muy desafiante debido a las incertidumbres que rodean a este mundo. En la iniciativa empresarial, muchas variables pueden influir en el éxito o fracaso de un negocio, y hace falta resiliencia y determinación para poder afrontarlas y no rendirse.
Y ahí es donde entra en juego la educación empresarial: además de tener contacto con esta carrera y posibilidad de futuro en la escuela, los niños y jóvenes desarrollan habilidades fundamentales para continuar en este camino.
El espíritu empresarial se considera un proceso continuo de prueba y aprendizaje, y de darse cuenta de la importancia de ensuciarse las manos. Mostrar esto desde una edad temprana contribuye en gran medida a garantizar que la comprensión sea clara cuando estos nuevos empresarios empiecen a trabajar.
Por tanto, la educación empresarial en las escuelas pretende estimular el pensamiento crítico, la resistencia para enfrentarse a problemas complejos y la creatividad para resolverlos de forma inteligente.
Ventajas de la educación empresarial
Ahora que hemos comprendido el concepto de educación empresarial, es hora de destacar las ventajas y la importancia directa de llevar este tema a las aulas.
El primer punto que queremos destacar es el hecho de que tu institución será considerada innovadora por aportar a los estudiantes un tipo de conocimiento que no es el tradicional. No será en las clases de matemáticas, portugués o biología, por ejemplo, donde se desarrolle este tipo de habilidad empresarial.
La formación empresarial está anclada en una educación más amplia y multidisciplinar que favorece los debates en los que los alumnos pueden construir argumentos y las actividades de resolución de problemas en las que pueden planificar y aplicar soluciones.
Y lo más interesante es que las habilidades y competencias que tienen sentido para el espíritu empresarial también son importantes para acceder al mercado laboral en general, lo que ya prepara a los estudiantes a fondo para la vida adulta.
La educación empresarial capacita a los ciudadanos para pensar con optimismo, saber asumir riesgos, tener resiliencia para afrontar imprevistos y frustraciones, dirigir a otras personas y tener proactividad y determinación.
Todo esto forma parte de lo que se consideran competencias para emprender, pero también para vivir y trabajar en el mundo actual. Por eso es tan importante llevarlo a las escuelas y desarrollarlo.
Cómo implantarlo en tu centro educativo
Hay varias formas de implantar la educación empresarial en tu centro educativo. Una de ellas es a través de metodologías de aprendizaje activo, que esencialmente pretenden dar voz a los alumnos y animarles a compartir sus ideas y no simplemente a absorber pasivamente los conocimientos transmitidos por sus profesores.
Otra forma es acercar los conceptos y el conocimiento del espíritu empresarial a los escolares y a los jóvenes, para que puedan familiarizarse con este universo desde una edad temprana. Los programas que fomentan el desarrollo de ideas innovadoras y el contacto con empresarios que actúan como mentores en este proceso pueden ser una vía.
Este es el caso del programa S@S (Startup at School) desarrollado por Inicie. La iniciativa consiste en un proyecto de seis meses que reúne a grandes nombres del empresariado brasileño y a fundadores de start-ups para animar y orientar a los estudiantes en la creación de sus ideas de negocio.
A través de S@S, los estudiantes de tu institución que estén interesados en participar se reúnen en grupos para desarrollar ideas innovadoras que resuelvan un problema que hayan identificado en la sociedad.
Al final de los seis meses, los estudiantes tienen que presentar sus ideas empresariales utilizando un modelo conocido como pitch ante un panel de mentores. Durante todo el proceso, los empresarios acompañan y guían a los alumnos, pero es en la fase final de presentación cuando se les evalúa en función de lo que han construido y se les dan consejos sobre cómo podrían mejorar aún más sus ideas.
Esto aporta a los estudiantes una gran cantidad de aprendizaje empírico que no se ofrece en la educación tradicional.